La Universidad de Murcia no funciona

Hay quienes pretenden disociar prosperidad y transparencia, utilidad y democracia, buena gestión y participación de todos en las tomas de decisiones. Los partidarios de que las leyes se elaboren en cotos cerrados y se apliquen por élites "especializadas", afirman que tal práctica puede herir el sentimiento ciudadano de quienes no desean ser mangoneados por terceros, pero que se justifica por los excelentes resultados que ofrece desde una perspectiva pragmática, ya que los beneficios de ser dirigidos por políticos "de raza" van directos a nuestro bolsillo, disparando nuestro bienestar material. Pues bien, para demostrar que este razonamiento es radicalmente falso, no hay mejor lugar que la Universidad de Murcia (UMU).

La UMU lleva décadas caracterizándose porque la gran mayoría de sus profesores y alumnos se han desentendido de su gestión, por miedo, pasividad, resignación o interés. Es casi imposible encontrarte a alguien que, en la confidencialidad de los pasillos, te diga que la universidad funciona, pero nadie se implica en intentar mejorarla. Unos te dicen que todo está podrido y no hay nadie junto a quien luchar para cambiar las cosas, otros que si no te callas nunca medrarás, otros que si hablas más te vale irte a estudiar a Salamanca...y mientras tanto, los que quieren usar la universidad para obtener beneficio personal, van copando poco a poco sus órganos de gobierno, desde los estudiantiles a los generales, incluido el propio rectorado.

Salvo algún decano aislado y algunas delegaciones de alumnos en franca minoría, los órganos de gobierno y representación de la UMU responden a una estructura feudal, basada en el interés espurio de quienes los dirigen, interés que se materializa en su sumisión absoluta a las órdenes que vienen de arriba y la imposición de tales órdenes a quienes están abajo. En la cúspide de esta estructura se encuentra el rectorado, haciendo las veces de rey que transmite y ejecuta los designios del emperador Valcárcel, quien a su vez le da una cierta libertad de actuación en temas domésticos, siempre que no vaya en contra de sus intereses y se comprometa a defenderlos en cualquier situación.

Por eso, cuando se implantó Bolonia de una forma suicida y sin los medios esenciales para mantener una calidad mínima en la docencia, el Consejo de Estudiantes no abrió la boca, limitándose a alabar al rector, a la vez que disfrutaba de las estancias ("jornadas de convivencia" las llaman) en los mejores hoteles playeros de Murcia que las autoridades les sufragaban con dinero público. Dicha conducta ha continuado durante estos años en los que los recortes han deteriorado la situación de la UMU hasta extremos que nunca pudimos sospechar. Y a los recortes se suma la enorme deuda de Valcárcel con la universidad (a día de hoy ronda los 70 millones de euros), deuda ilegal, que debería ser reclamada judicialmente por un rectorado que, desgraciadamente, se debe al gobierno regional y que, esperando recibir la gracia otorgada al antiguo rector (Ballesta, hoy consejero de Valcárcel) calla y justifica la intolerable conducta del ejecutivo autonómico.

La única forma de acabar con esta situación es el despertar colectivo de los universitarios que, con su pasividad, están permitiendo que unos pocos, los menos comprometidos y los más corrompidos por la ambición, decidan sobre el futuro de todos. La situación de la UMU es crítica, la deuda es cada vez mayor y la inversión menor. La intención del gobierno autonómico es asfixiarla para obligarla a entregarse a la usura bancaria o hundirse. Con este rectorado y con los órganos de gobierno que tiene por debajo, es seguro que Valcárcel conseguirá tal objetivo, como ha conseguido que el rector demande judicialmente a los murcianos que hoy usan un edificio abandonado por la UMU como centro social y cultural (pero sigue negándose a demandar a Valcárcel para que pague su enorme deuda con la UMU). De nosotros depende que la amplísima mayoría que representa al 99% de los universitarios, no siga sometida a los intereses de un 1% que ha decidido sacrificar la institución y a la gente que le da vida para llenarse el estómago de marisco y el ego de delirios de grandeza todos los días.

FUENTE: http://vegamediapress.com/not/1705/la_universidad_de_murcia_no_funciona/

Me suena el nombre del autor de la carta... =P